En una primera fase se codifican los sonidos a través de un programa creado con Processing, el codificador, generando una imagen como la siguiente.
Esta imagen se lee de arriba abajo, cada línea de pixels es la representación de un buffer de audio de 2048 muestras(samples), siendo las de la izquierda las correspondientes a frecuencias graves y las de la derecha las frecuencias agudas.
Una vez generada esta partitura la escalamos sin interpolación alguna, con un editor de imagen, para conseguir una imagen lo suficientemente grande como para ser impresa.
Imprimimos la imagen en un material flexible para montarla más tarde sobre el rodillo que permitirá ejecutar la interpretación de la partitura en bucle.
La webcam situada sobre los rodillos leerá una línea de pixels y otro programa decodificará los colores para enviar los valores al buffer de salida, al rotar el rodillo manualmente podemos variar la velocidad de reproducción y con ello el tono.
La transcripción del sonido en color es limpia, sin embargo el proceso de impresión y de lectura introducirán variaciones en el sistema que lo dotarán de un timbre característico y variable en función del tipo de tinta, de papel o de iluminación de la captura entre otros factores.
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